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domingo, 27 de marzo de 2011


Recuerdo todas las cosas que hice mal, que hicimos mal, pero era nuestro mundo. Un gran juego, una gran diversión, y al final, una gran derrota. Nos gustaba los retos, las emociones fuertes, los trapos sucios, nos encantaba ganarle al otro, reprochar cualquier tontería que sucediera. Le encantaba ponerme celosa y me encantaba que quisiera conseguirlo. Le encantaba verme morir por él, y a mi me encantaba que se desesperara conmigo. Tal vez fuéramos demasiados distintos; él el polo norte, y yo el polo sur, pero aunque las diferencias eran evidentes, siempre había algo que nos hacía volver a caer. Nunca fuí consciente de la gravedad de todas estas características que nos definían. Una gran explosión hizo reacción en mi estómago, en mi cabeza, en definitiva, en todo mi ser. Mis ojos se nublaron, perdieron un objetivo fijo haciendo que la cabeza me diera vueltas, hasta que su sonrisa iluminó toda la plaza. Podía saber a cuántos metros se encontraba, o qué ropa llevaba aunque mi vista te viera como un punto en el horizonte. Recuerdo aún cómo me hablaba, cómo hacía que me volviera loca por un simple beso en la mejilla, recuerdo cómo me tocaba, o simplemente cómo me miraba, recopilando todas las sensaciones del mundo en un simple segundo. Se me hace extraño pensar que algo tan simple pudiera llenarme solo con su presencia, con un poco de calor. Perdí la cabeza, me olvidé de la palabra "amor", me dejé llevar como sangre en las venas, luché contra cualquier miedo, y el orgullo me invadió, más bien nos invadió. En una milésima..¡Pum! Todo desapareció. Nunca sube el por qué de aquel final tan trágico, extraño, misterioso, inexplicable..Nisiquiera encuentro palabras para definirlo. Me acuerdo que yo le quise, y él.. a veces él también me quiso.

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